Alcanzar una meseta en tu entrenamiento puede ser una situación difícil de revertir, por eso, no debemos alcanzar este punto y para ello, no es necesario provocar grandes cambios, sino que, con sencillas modificaciones continuaremos viendo progresos.
Los cambios en la rutina son importantes y algunos ejercicios más que otros, se vuelven viejos antes de tiempo porque el cuerpo se adapta neurológicamente a los mismos. Entonces, la clave está en sorprender al cuerpo y estimular de manera diferente a los músculos con la finalidad de reclutar y producir nuevas fibras musculares que permitan el crecimiento.
Algunos sencillos cambios que puedes implementar periódicamente en tu entrenamiento, uno a uno para no quedarnos sin sorpresas son:
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Cambia de repeticiones y/o series. Por ejemplo: si antes realizabas 2 series de 10 repeticiones, tal vez puedas efectuar 3 series de 8 repeticiones cada una.
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Modifica la posición de los ejercicios. Por ejemplo, hacer fondos asimétricos al cambiar la posición las manos, o adelantar una pierna cuando hacemos sentadillas, son buenos cambios que permitirán estimular de manera distinta a tus músculos.
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Reemplaza barras y mancuernas. Puedes cambiar las barras para hacer curl de bíceps por mancuernas o éstas por barra en Z. Cada peso tiene un efecto distinto sobre el ejercicio y por ende, el efecto sobre el cuerpo también se modifica.
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Cambia la posición de las manos. Por ejemplo, coloca en pronación las manos cuando antes las usabas en supinación en algún ejercicio específico.
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Reducir o añadir tiempo de descanso. Puedes modificar tanto el descanso entre una sesión y otra, como el que tomas entre series o repeticiones.
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Modifica la técnica de entrenamiento. Por ejemplo, introduce series descendentes o pirámides a tu entrenamiento.
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Cambia el ejercicio. Como cada ejercicio no involucra un sólo músculo, podrás trabajar de manera adicional otras partes del cuerpo y al mismo tiempo, sorprender con un desconocido movimiento a tu cuerpo.
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Incorpora instrumentos nuevos. Puedes incorporar balones, gomas, máquinas, bancos, cuerdas y demás objetos que posibiliten nuevos ejercicios que tu cuerpo desconoce.
Todos estos sencillos cambios pueden ayudarte a continuar progresando y no caer en una meseta durante el entrenamiento.
Por supuesto, aprende correctamente cada ejercicio antes de ponerlo en práctica para no correr riesgo de lesiones y busca asesoramiento así como supervisión profesional para mayor seguridad.
Éstos y otros cambios pueden ser de gran ayuda para ver nuevos resultados y no perder las esperanzas en nuestro entrenamiento. ¿Conoces alguna otra modificación que puede colaborar en evitar la meseta? En lo particular, incluir sesiones diferentes de aeróbica me ha ayudado mucho, y hasta hace poco, incorporar más tiempo de pesas al entrenamiento, era una gran estimulación para mi cuerpo.
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