Como no podría ser de otra manera los abdominales siguen siendo una de las partes del cuerpo que más nos sigue trayendo de cabeza. Por ello, y para mantener nuestro vientre plano y tonificado lo que haremos será valernos de la piscina para trabajar el abdomen mientras estamos de vacaciones dándonos un baño. Para conseguirlo os vamos a recomendar algunos ejercicios abdominales que podemos realizar en la piscina o sus alrededores.
Un clásico de los abdominales acuáticos es colocarnos dentro del agua, apoyados con los codos en el borde de la piscina mientras mantenemos las piernas dentro del agua. En esta posición lo que haremos será elevar las piernas juntas hacia el pecho. Es importante que no sobrepasemos la línea de las caderas con las rodillas para evitar implicar al psoas en el ejercicio. Con este movimiento trabajaremos la parte inferior del abdomen, algo que unido a la resistencia que ofrece el agua nos ayudará a mejorar sustancialmente el tono del abdomen.
Para trabajar la parte superior del abdomen nos haremos con una pelota de playa. Colocados de pie en una zona de la piscina que no cubra demasiado agarraremos la pelota con ambas manos y la intentaremos sumergir en el agua de modo que la llevemos hacia nuestros muslos. Al hacer presión sobre la pelota y vencer así la resistencia del agua contraeremos el abdomen incidiendo en la parte superior. Es importante que concentremos toda la tensión en esta parte y evitemos la implicación de otras partes del cuerpo.
Otro ejercicio que podemos realizar para trabajar la parte inferior lo haremos fuera del agua. En este caso lo que haremos será agarrarnos a las escaleras de la piscina y apoyados en el suelo con la espalda y las rodillas flexionadas llevarlas hacia el pecho, de modo que concentremos toda la tensión en la parte abdominal. Este movimiento lo que hará será incidir en la parte inferior del abdomen. Pero es importante tener en cuenta que nunca debemos sobrepasar la línea de las caderas con las rodillas al bajar.
Otro ejercicio para la parte lateral del tronco es colocarnos de pie dentro del agua y con los brazos extendidos en forma de cruz, realizar giros de izquierda a derecha de modo que la parte de los oblicuos se vea involucrada. Es importante tener en cuenta que las piernas deben permanecer inamovibles, ya que solo el movimiento debe realizarse al nivel de la cintura. Nunca debemos forzar este movimiento, ya que podemos hacernos daño en la parte lumbar al girar demasiado.
Imagen | eyesogreen
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