Con la llegada del verano, llegan las actividades al aire libre, aquellas que mayoritariamente nos encontramos expuestos al sol.
Aunque tomar el sol tiene enormes beneficios, como favorecer la síntesis de vitamina D, también puede provocar efectos nocivos para nuestra piel si no la protegemos bien. Por ello, es importante que tengas en cuenta esta serie de consejos para elegir la mejor crema para ti.
Los rayos solares: tus peores enemigos si no te proteges bien
El sol emite dos tipos de rayos: los infrarrojos (IR) y los ultravioleta (UV), pero no todos los tipos de IR y de UV nos afectan del mismo modo, ni todos llegan a la superficie terrestre de la misma forma.
De hecho, los infrarrojos de tipo A -aunque existen tres tipos - son los que penetran hasta la dermis, provocando un aumento de la temperatura corporal y de la sensibilidad de los rayos ultravioleta.
En el caso de los rayos ultravioletas es un poco distinto, también existen tres tipos de rayos, los A, B, y C; de los que sólo llegan hasta la superficie terrestre los dos primeros.
Los rayos UV-A son los más peligrosos ya que el 99 por cien de rayos que llegan a la superficie son de este tipo. Estos provocan una aceleración del envejecimiento prematuro de la piel y de la aparición de cáncer o melanoma de piel. Por su lado, los rayos UV-B son los responsables de las quemaduras solares.
Por ello, lo recomendable es que elijas un protector solar de amplio espectro que son los que te protegen de todos los rayos, y sobre todo de los rayos infrarrojos A, los rayos ultravioleta A y los rayos ultravioleta B.
La elección del factor de protección solar (FPS) es fundamental para proteger tu piel.
La elección del factor de protección solar es más importante de lo que nos creemos, además es imprescindible aplicar protector solar en toda la área de piel que va a ser expuesta al sol.
Tras diversos testeos, se comprobó que las cremas que tenían un factor de protección solar de al menos 30, bloqueaban aproximadamente el 97 por ciento de los rayos UV-B.
Además, el factor de protección solar nos indica el tiempo de protección de nuestra piel antes de quemarse. Es decir, si usamos una crema de FPS 30, la piel tardará 30 veces más en quemarse. Es decir, que si tu piel tarda 10 minutos en quemarse, con un protector solar de FPS 30, va a tardar 300 minutos en hacerlo.
Trata de tener en cuenta tu tipo de fototipo
Nuestro fototipo de piel es importante para la elección del factor de protección solar.
Existen seis grandes grupos, donde los primeros tienen la piel muy blanca, ojos claros y rubios, y los del grupo seis se caracterizan por tener la piel, el pelo y los ojos oscuros.
Es importante dejar claro que ninguna piel, por muy oscura que sea, está exenta de sufrir daños si no se la protege de forma adecuada, por ello es importante que apliques protector solar de forma constante para no dejarla sin protección.
Si tu piel tiende a un fototipo más bajo, la probabilidad de quemarse es mayor, por lo tanto, escoger un protector solar con un factor de protección elevado te ayudará a que esta probabilidad disminuya.
La importancia del uso del protector solar
Es realmente importante saber qué actividad vamos a hacer y para qué vamos a usar el protector solar. Es completamente distinto, usar el protector solar para hacer deporte o para ir a la playa o piscina.
Si vas a hacer deporte, la mejor opción es optar por un protector solar resistente al sudor, para asegurar que este no esparza la crema y deje partes de tu piel sin proteger.
Si, por lo contrario, optas por ir a la playa o a la piscina, es preferible que uses un protector solar resistente al agua, para que esta se mantenga en tu piel incluso tras el baño.
Aplicarte bien el protector solar es imprescindible
El modo de aplicación de los protectores solares es importante para que su función sea la correcta.
Para ello, es importante que nos apliquemos el protector solar 30 min antes de la exposición del sol. De esta forma le permites a tu piel el tiempo suficiente para que absorba toda la crema solar y pueda cumplir su función de protegernos de los rayos solares.
Además, es muy importante que vayas aplicando de forma constante el protector solar para que pueda seguir cumpliendo su función. Lo ideal es que cada dos horas vuelvas a ponerte crema solar en todas la partes de tu piel.
Por último, tendemos a usar menos crema para conseguir un bronceado más rápido. Pero nos olvidamos de esos efectos negativos, trata de ser generoso al utilizar la crema solar, cubre todas las zonas de tu piel que van a ser expuestas al sol de forma homogénea y abundante.
Trata de tener en cuenta las fechas de caducidad
Todas las sustancias que cumplen la función de proteger tu salud pierden su función cuando se abre el envase o cuando no están dentro de la fecha recomendada.
Entonces, si crees que puedes reutilizar los protectores solares de otros años, ten en cuenta que a partir de la finalización de la fecha de caducidad, empiezan a perder su función. Por ello, te recomendamos que renueves tu protector solar todos los años.
Los días nublados también cuentan
Muchas veces pensamos de forma errónea que en los días nublados la probabilidad de quemarse es menor. Además, al disminuir la sensación de calor, nos da la percepción de no estar tan expuestos a los efectos nocivos del sol.
Por ello, hay que tener en cuenta que incluso en los días nublados, los rayos ultravioleta pueden atravesar las nubes, provocando los mismos efectos nocivos que un día claro. Por ello, es importante protegerte de la misma forma y durante todo el año.
En Vitónica | 15, 30 o 50: ¿cómo sé cuál debe ser el factor de mi protector solar?
En Vitónica |Todo lo que tienes que tener en cuenta para acertar cuando compres tu crema o protector solar.
Imágenes | iStock, Unsplash.