Envejecer de manera saludable y activa es el reto que todos nosotros tenemos para el futuro. Para conseguirlo, realizar ejercicio físico es una de las claves más importantes. No solo porque nos ayuda a mantener de manera más saludable nuestro estado físico, sino también porque facilita que se mantenga mejor nuestra capacidad cognitiva e, incluso, nos ayuda a mantener relaciones sociales satisfactorias.
Sin embargo, lo que no quedaba tan claro hasta ahora era si algún tipo de ejercicio tiene mayores beneficios para el envejecimiento activo que otros. Es por ello que recientes investigaciones se han centrado en descubrir esto. Un estudio publicado el 18 de diciembre analizó el efecto potencial de 16 tipos de ejercicio físico diferentes para reducir la discapacidad propia de la vejez, concretamente en el caso de las mujeres, en las tareas habituales. Los resultados obtenidos señalan al baile como el más efectivo.
Para llevar a cabo esta investigación contaron con 1.003 participantes, todas ellas mujeres japonesas que al principio de la investigación no mostraban síntomas de incapacidad para realizar tareas cotidianas. Esta incapacidad se midió teniendo en cuenta si podían hacer tareas como caminar, comer, bañarse, vestirse o ir al baño sin necesidad de ayuda. Se tenía en cuenta si las participantes llevaban a cabo alguna de las 16 actividades físicas medidas y sus avances fueron seguidos durante ocho años.
A lo largo de esos ocho años 130 de las participantes acabaron sufriendo síntomas de incapacidad para llevar a cabo algunas de las tareas habituales mencionadas. Los resultados encontrados sugerían que el baile, en comparación con no hacer ningún ejercicio físico, estaba asociado con un riesgo 73% menor de sufrir incapacidad para realizar tareas habituales. Este tipo de ejercicio sería, por tanto, el que mayor eficacia mostraría.
A pesar de ser una muestra grande y de que durante la investigación se ajustaron otras posibles variables que podían influir en los resultados, se trata de una investigación realizada únicamente en mujeres japonesas. Por ello, sería necesario realizar nuevas investigaciones con una muestra más completa, de manera que se pueda asegurar su generalización. En cualquier caso, si queremos mejorar nuestro envejecimiento activo nunca es mal momento para apuntarnos a clases de baile.
Imágenes | Unsplash
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