En los últimos tiempos se ha comenzado a hablar de los "workaholics", o "trabajólicos", si utilizamos el término español. En un primer momento podemos pensar que se trata de otra palabra que alguien se ha inventado para definir una patología que no es tal. Sin embargo, las investigaciones científicas apuntan a que esta condición existe aunque todavía no se conocen exactamente los mecanismos que están detrás.
Solo en nuestro país, algunos datos sugieren que, de la población activa, un 11,3% sufre adicción al trabajo. Además, de que el 8% de la población dedica más de 12 horas al trabajo y no por exigencias laborales, sino como vía de escape de otros problemas personales.
Qué es ser workaholic
Podríamos pensar que cualquiera que trabaje muchas horas o priorice su trabajo por encima de otros aspectos, es un workaholic, pero la realidad es que no. La diferencia radica, según algunas investigaciones, en los problemas que este trabajo excesivo causa en sus vidas.
Las personas adictas al trabajo problemas relacionados con la salud física y psicológica, pero también problemas relacionados con su vida social. Están más expuestos a sufrir lo que se conoce como burnout, depresión, problemas de salud, problemas con la familia y amigos e insatisfacción con la vida según estas investigaciones.
Estas personas no solo no disfrutan de su trabajo, sino que sienten unos niveles altos de estrés, agotamiento y preocupación. Irónicamente, no son capaces de disfrutar de sus trabajos, pero se sienten miserables cuando no pueden trabajar. Todo esto, a pesar de las muchas horas que puedan trabajar, hace que disminuya su productividad, lo que todavía crea más estrés.
Esto puede llevarles a sentir culpa cuando no están trabajando, y tienden a esconderse para trabajar, de manera que su entorno no les llame la atención sobre el tiempo excesivo que le están dedicando al trabajo.
Cuáles son las causas
Por el momento no están totalmente claros los mecanismos que se encuentran detrás del desarrollo de esta condición. Sin embargo, las investigaciones existentes apuntan a causas multifactoriales. En este sentido, señalan a una estructura tridimensional que incluye dimensiones comportamentales, cognitivas y afectivas.
Varias investigaciones han analizado, según indica el APA (American Psychological Association), las características de personalidad que están relacionadas con el workaholismo. Las conclusiones encontradas son débiles, pero aún así sugieren que algunos rasgos como los orientados al logro, formas poco adaptativas de perfeccionismo y el narcisismo son los que más alto correlacionan.
Además de las causas personales, algunas investigaciones señalan a la cultura laboral de algunas empresas. Esta cultura en la que se valora el éxito, la competición y el alto rendimiento, hacen que esta propicie el desarrollo de perfiles adictos al trabajo.
Cómo se previene y se trata la adicción al trabajo
El modo de prevención implica eliminar o minimizar los factores que influyen en el desarrollo del workaholic. Las personas con tendencias demasiado perfeccionistas y exigentes deben trabajar - solos o con ayuda de un profesional de la salud mental - en el cumplimiento de las horas de su jornada laboral sin excederlas.
Fuera de su horario laboral es recomendable que encuentren actividades o pasatiempos que les relajen, les diviertan y les ayuden a desconectar y disfrutar.
En el caso del tratamiento, lo ideal es acudir a un profesional de la salud mental que nos ofrezca un tratamiento psicológico. En general, el tipo de tratamiento que parece ser más adecuado en estos casos es el cognitivo-conductual. El objetivo de esta terapia es, entre otras cosas, ayudar a que el paciente aprenda a gestionar sus emociones y autocontrol con respecto al trabajo.
Además de esto, la idea es que esta terapia enseñe al paciente a disfrutar de su tiempo libre. Además, se tratarán los puntos que están en el origen del problema, facilitando técnicas y herramientas más adecuadas que la de darse al trabajo de manera poco saludable.
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