Claro está que la obesidad o el exceso de grasa corporal, no solamente es causada por una ingesta alimentaria excesiva, pues muchos otros factores pueden incidir en su desarrollo.
Entre los desencadenantes podemos hallar factores ambientales, genéticos o factores psicológicos, y entre estos últimos se incluye el estado de ánimo que al involucra ciertas sustancias puede favorecer la acumulación de grasa.
Así lo demostró un estudio realizado en Estados Unidos que indica que los niveles de serotonina, también llamada "hormona del humor", puede intervenir en la acumulación de grasa en el organismo independientemente del consumo de alimentos y su cantidad.
La investigación se realizó con la utilización de nematodos (gusanos) intestinales que si bien son de tamaño microscópico son un 50% semejantes a nuestros cuerpos y poseen gran cantidad de genes en su organismo.
A su vez, los genes que participan en el control del apetito, el almacenamiento de grasa y el metabolismo son muy similares en estos nematodos respecto a los seres humanos.
Si bien se sabe desde hace mucho tiempo que incrementar los niveles de serotonina genera una reducción de grasa corporal, en el presente trabajo se intentó determinar cuál es el mecanismo involucrado en dicha asociación.
Así, se determino que la serotonina influye en el apetito y en los depósitos de grasa de manera diferente, entonces esto podría explicar porqué algunas personas que comen igual que otras pierden peso mientras que el resto no.
Es decir, la hormona del humor permitiría decidir al organismo si las calorías ingeridas se gastan o se almacenan en forma de grasa. Ante la escasez de alimentos, por ejemplo ante dietas restrictivas, el metabolismo se reduce para minimizar el gasto calórico y acumular más grasa, pues nuestro cuerpo entiende que si no hay alimentos se deben extremar los recursos.
El hallazgo confirma una vez más que nuestro sabio cuerpo no funciona antes dietas milagro ni anormales, sino que si queremos perder peso debemos optar por métodos saludables y adecuados como son una alimentación sana y equilibrada junto a la práctica de ejercicio regular, que en ambos casos, deben estar dirigidas por conocedores y profesionales.
Ya sabemos y se vuelve a reiterar cada vez en más investigaciones, que si queremos alcanzar un peso ideal y un cuerpo sano lo último que debemos hacer es dejar de comer, pues por las razones ante dichas, ésto generará más daños que beneficios.
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