El café es un conocido estimulante del sistema nervioso central que puede incrementar el gasto metabólico basal. Utilizando este argumento te contamos en qué consiste la dieta del café para bajar de peso y cuál es realmente su efectividad.
Lo que propone la dieta del café
La dieta del café se hizo popular gracias al doctor Bob Arnot quien publicó un famoso libro tras estudiar a las personas que viven en la pequeña griega de Ikaria donde hay un elevado número de ancianos longevos y sanos.
La dieta del café propone ingerir un mínimo de tres tazas de café al día siendo recomendable el café en grano ligeramente tostado que se debe preparar moliéndolo en casa y con agua filtrada.
Podemos utilizar café tradicional o descafeinado siempre alcanzando el mínimo de tres tazas diarias y beberlo sin azúcar ni crema adicionada.
Esta dieta además de establecer un mínimo de cafés diarios, indica un régimen de comidas bajas en calorías y grasas, y muy ricas en fibra que brindan un total de 1500 Kcal al día.
Así, en las comidas se suele plantear la ingesta de verduras con arroz integral o pollo a la plancha con ensalada, siendo también recomendable en la dieta del café reemplazar una comida por un batido verde hecho en casa y con alto contenido de fibra.
No se establece un máximo de café permitido sino que podemos beber todo lo que deseamos de esta infusión.
Los aciertos de la dieta del café
El doctor Arnot asegura que con la dieta del café se puede adelgazar fácilmente, no sólo debido a la reducción calórica sino también debido a la estimulación metabólica que ocasiona el consumo de café y a su poder para suprimir el apetito.
Se pretende además obtener una gran cantidad de compuestos fenólicos derivados del café, que en nuestro cuerpo tienen una acción antiinflamatoria y antioxidante y de esta forma, pueden contribuir a la salud del organismo.
Los estudios avalan el hecho de que consumir café se asocia a una inferior ingesta calórica y también, hay investigaciones que demuestran que el consumo de cafeína puede incrementar considerablemente la tasa metabólica.
Así, algunos estudios señalan que las personas que consumen alrededor de tres tazas de café al día queman 100 kilocalorías adicionales cada 24 horas, sin hacer ningún otro cambio en la dieta habitual.
Por su parte, el alto consumo de fibra y de alimentos de origen vegetal como propone la dieta al café también se ha asociado a una mejor salud y a un adelgazamiento más exitoso.
Las desventajas y riesgos de la dieta del café
Si bien la dieta del café puede ser de gran ayuda para adelgazar porque efectivamente limita el aporte energético y de esta forma favorece el déficit calórico que todos necesitamos para quemar grasas, la realidad es que también puede representar un riesgo para nuestro organismo.
En primer lugar 1500 Kcal son muy pocas, especialmente para personas jóvenes y físicamente activas, por lo que puede representar una alternativa muy restrictiva y estresante que ocasione efecto rebote y así, no permite efectivamente adelgazar de una vez y para siempre como deseamos.
Por otro lado, al no establecer un límite máximo para el consumo de café podemos caer en excesos y de esta forma, sufrir los problemas propios de un alto consumo de cafeína cómo irritabilidad, insomnio, dolor de cabeza, gastritis o incluso incrementos en la presión arterial o en el riesgo de sufrir osteoporosis.
La EFSA establece como límite máximo para el consumo de café unas cinco tazas, es decir, unos 400 mg diarios de cafeína; algo que podemos superar fácilmente sí pensamos en que la dieta del café establece un mínimo de tres tazas al día.
Por otro lado, se trata de una dieta universal (no personalizada) y con nombre propio, todo lo cual nos lleva a pensar que no es más que otra de las muchas alternativas milagrosas o de moda que enaltece a un alimento en particular, pero que no nos ayuda a modificar hábitos teniendo en cuenta las características particulares de cada uno.
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Imagen | Foto de portada: Brigitte Tohm, foto 1: Julia Florczak.
