Constantemente estamos haciendo hincapié en la importancia que tiene mantener la espalda recta, y es que el cuidado de la misma es importante para evitar problemas que pueden ser más graves a medida que pasa el tiempo. Por este motivo es importante que tengamos en cuenta una serie de puntos para no dañar la espalda mientras entrenamos.
Para muchas personas el entrenamiento consiste simplemente en llevar a cabo un ejercicio sin más. En la mayoría de los casos esto se lleva a cabo entrenando el músculo trabajado sin reparar en la repercusión que puede tener en el resto de partes del cuerpo la correcta o errónea ejecución del mismo. Por este motivo vamos a prestar especial atención a sencillos pasos que podemos adoptar para mejorar la postura y evitar dañar la espalda mientras realizamos nuestra rutina de entrenamiento.
En muchas ocasiones solemos arquear la espalda a la hora de levantar el peso, algo que aunque no lo parezca puede tener importantes repercusiones sobre la zona lumbar que es la que puede verse más afectada y dañada. Por este motivo lo que debemos buscar en todo momento a la hora de entrenar es evitar este arqueamiento de la espalda. Ante todo, lo primero que debemos hacer es evitar el peso excesivo que nos obliga a adoptar posturas forzadas en las que desviamos toda la tensión a la zona de la espalda.
Saber colocar las piernas en los diferentes ejercicios es fundamental para evitar sobrecargar la zona lumbar. Buscando la correcta alineación de la espalda debemos adoptar una serie de posturas en las que las piernas las colocaremos de modo que no se sobrecargue la zona lumbar. Para lograrlo las elevaremos o las apoyaremos en un banco. Por ejemplo, a la hora de hacer aperturas de pecho en un banco horizontal las piernas las colocaremos ligeramente elevadas y lograr así una postura recta en la que la espalda no se resienta.
Si por el contrario utilizamos para los entrenamientos máquinas, es importante que no arqueemos la espalda, para ello es recomendable la correcta adaptación de los respaldos y asientos para que nos sea lo más cómoda posible y se adapte perfectamente a las necesidades de nuestro cuerpo. La utilización de un peso correcto y el adecuado agarre de las máquinas harán que la ejecución del ejercicio sea la correcta. Nunca hay que desviar la zona de ejecución de los ejercicios de la línea del cuerpo y su recorrido propio.
En ningún caso echaremos las piernas hacia atrás, ya que el arqueo de la espalda será mayor, lo mismo que propulsarnos con los lumbares, una técnica muy utilizada por muchas personas a la hora de elevar cargas pesadas. Evitar esto dentro de lo posible es fundamental para conseguir que la espalda no sufra en los entrenamientos.
Imagen | assbach
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