El sistema inmunitario de nuestro organismo es afectado por diferentes factores externos e internos, muchos de ellos que podemos modificar. Por eso, te mostramos 11 hábitos que pueden reducir y afectar tus defensas sin que te des cuenta y que puedes controlar para mejorar su funcionamiento así como proteger la salud.
Dormir mal o pocas horas cada día
Conseguir un descanso adecuado cada día resulta fundamental para que el organismo funcione adecuadamente. Hay estudios que han comprobado que un sueño escaso o de mala calidad altera ritmos circadianos y puede de esta forma modificar el funcionamiento del reloj interno desregulando el sistema inmunitario.
Las respuestas de nuestro sistema de defensas pueden verse demoradas cuando se tiene un sueño alterado independientemente de que se eleven o no, los niveles de estrés en el organismo. De todas formas, un descanso insuficiente cada noche incrementa los niveles de cortisol (hormona del estrés en nuestro cuerpo) y por esta razón puede atenuar las defensas.
Entonces, recomendamos cuidar la calidad de nuestro sueño asi como su duración, con la finalidad de proteger al organismo cuidando el sistema inmunitario.
Escasa exposición al aire libre y al sol
El permanecer en un ambiente cerrado con escasa exposición al aire libre y sobre todo al sol, puede condicionar considerablemente el funcionamiento del sistema inmunitario.
En primer lugar, el contacto con la naturaleza y el salir al aire libre beneficia considerablemente nuestra salud mental pudiendo reducir los niveles de estrés y así favorecer el adecuado funcionamiento del sistema de defensas.
Asimismo, se sabe que la vitamina D tiene un rol muy importante para el correcto desarrollo de defensas de nuestro organismo, por lo tanto la exposición al sol que contribuye a su síntesis en nuestro cuerpo resulta fundamental.
Por todo esto, siempre es beneficioso y recomendable tener contacto con la naturaleza, exponernos al sol aunque sea 15 minutos diarios y disfrutar del aire libre cuando sea posible.
Sedentarismo o niveles escasos de actividad física cada día
Si bien no hace falta volverse deportista para que nuestro sistema inmunitario funcione adecuadamente, se sabe que con el ejercicio regular el organismo sufre adaptaciones que permiten optimizar las defensas.
Produce, entre otras cosas, un estrés agudo que nuestro cuerpo aprende a superar exitosamente y además influye positivamente reduciendo los niveles de cortisol, permitiendo de esta forma que el sistema inmunitario pueda trabajar de forma adecuada sin obstáculos.
Por ello, recomendamos movernos siempre que sea posible y realizar actividades deportivas que nos agraden y contribuyan a disminuir los niveles de estrés en nuestro cuerpo.
Escaso consumo de frutas y verduras
La alimentación influye en gran medida en el funcionamiento del sistema de defensas del organismo. Así, una dieta escasa en frutas y verduras constituye una alimentación que no ofrece suficiente vitaminas, minerales y antioxidantes que determinan las funciones del sistema inmunitario.
Una dieta con poco o nulo contenido de frutas y verduras es una dieta sin vitamina C, un nutriente que puede influir en gran medida en el funcionamiento del sistema de defensas del organismo.
Asimismo con este grupo de alimentos podemos obtener otros micronutrientes que influyen en las acciones del sistema inmunitario y también antioxidantes diversos.
Por eso, si queremos proteger las defensas del organismo recomendamos una dieta variada en la cual no falten frutas y verduras a diario.
Estrés o ansiedad de forma habitual
Niveles altos de estrés de forma aguda pueden beneficiar el funcionamiento del organismo al optimizar funciones para adaptarnos a la situación estresante. Sin embargo, si el estrés o la ansiedad se presentan de forma continuada o crónica, la salud del organismo resulta perjudicada.
Altos niveles de estrés por un tiempo prolongado implican niveles altos de cortisol en nuestro cuerpo y eso condiciona el funcionamiento del sistema inmunitario, empeorando las defensas del organismo.
Entonces, recomendamos contrarrestar los niveles de estrés y también controlar la ansiedad que podemos experimentar realizando entre otras cosas, actividades relajantes como ejercicio, leer un libro, escuchar música, caminar, o permanecer al aire libre.
Ingesta de alcohol de forma habitual aunque no sea excesiva
Las bebidas alcohólicas son fuente de calorías vacías y de etanol, un compuesto que en nuestro organismo no ofrecen ningún beneficio sino todo lo contrario.
Aun en mínimas dosis el consumo de alcohol puede perjudicar el funcionamiento del organismo, afectando tanto funciones metabólicas como de división celular y así alterar las defensas de nuestro cuerpo.
Por otro lado, el consumo de alcohol resta nutrientes que influyen en el sistema inmunitario como por ejemplo la vitamina C, y puede elevar los niveles de cortisol y estrés que como dijimos antes perjudica al sistema inmunitario.
Dieta alta en grasas y en productos ultraprocesados.
Una alimentación de escasa calidad nutricional en la que predominan las grasas y los productos ultraprocesados puede tener carácter inflamatorio nuestro organismo, lo cual lejos de beneficiar el funcionamiento del sistema inmunitario, lo perjudica.
Determinados nutrientes como los hidratos simples o las grasas pueden predisponer a las enfermedades metabólicas así como a procesos inflamatorios que median patologías diversas y por lo tanto, incrementar el estrés oxidativo reduciendo de esta forma la capacidad de defensa de nuestro cuerpo.
Consumo habitual de fármacos y sobre todo de antibióticos
Ante determinadas enfermedades muchas personas se automedican acudiendo a antibióticos en demasía. Esto puede condicionar las defensas de nuestro cuerpo afectando principalmente la flora intestinal del organismo.
No debemos olvidar que los antibióticos no sólo nos permiten deshacernos de bacterias nocivas para el cuerpo sino también de bacterias beneficiosas que ayudan a defendernos.
Por eso, recomendamos siempre consumir antibióticos sólo ante la prescripción de un médico y ante patologías concretas sin abusar de los mismos y de otros fármacos que pueden entorpecer el funcionamiento del sistema inmunitario.
Sobreentrenar o realizar ejercicio físico en exceso
La actividad física es muy beneficiosa para el organismo, pero en cantidades excesivas y sin un adecuado balance con dieta y descanso puede conducirnos a un estado de estrés prolongado qué perjudica las defensas del organismo.
Si caemos en el síndrome de sobreentrenamiento podemos sin duda reducir las defensas de nuestro cuerpo incrementando el riesgo de sufrir infecciones, lesiones y demás.
Por lo tanto, siempre que entrenemos debemos combinar el ejercicio con descanso y dieta, ya que en demasía, sin descansar lo suficiente y alimentarlos adecuadamente puede perjudicarnos en gran medida.
Llevar una dieta hipocalórica estricta y deficitaria en varios nutrientes
Con el objetivo de adelgazar no son pocas las personas que acuden a dietas milagrosas que son severamente restringidas en nutrientes valiosos para el organismo y en calorías.
Esto no sólo puede impedir al organismo cubrir las cuotas de determinadas vitaminas que favorece el funcionamiento del sistema de defensas, sino también puede elevar los niveles de cortisol y propiciar el estrés qué perjudica al sistema inmunitario.
Por eso, recomendamos evitar las dietas muy estrictas que estresan al organismo y qué favorecen en muchos casos las carencias nutricionales perjudicando la salud.
Fumar tabaco y otras drogas
El hábito de fumar contribuye a elevar los niveles de estrés en el organismo reduciendo entre otras cosas nutrientes con efecto antioxidante y afectando de esta manera el funcionamiento del sistema inmunitario.
El hábito de fumar tabaco y otras drogas puede agravar procesos inflamatorios y entorpecer así las defensas del organismo contribuyendo a la incidencia de infecciones y otras enfermedades.
Por eso, siempre recomendamos evitar el tabaquismo y el consumo de otras drogas que pueden perjudicar la salud en gran medida.
Estos son 11 hábitos que pueden estar afectando las defensas de tu organismo y por eso, recomendamos controlar o revertir para proteger la salud.
Imagen | iStock, Unsplash y Pixabay