La vitamina A es una vitamina liposoluble que podemos encontrar en casi todo tipo de alimentos de nuestro día a día. Esta vitamina es necesaria para el correcto funcionamiento de muchos órganos y tejidos, ayuda también a un correcto estado de la piel e incluso para mantener nuestras defensas fuertes.
Aunque no lo parezca, la deficiencia de Vitamina A es un problema de salud pública debido a la gran cantidad de productos procesados que se ingieren (sobre todo en niños pequeños). Pero, ¿Qué le ocurre a nuestro cuerpo cuando tiene esta deficiencia? Vamos a verlo.
Alteración del gusto e ingesta
Una deficiencia de vitamina A puede afectar a la capacidad de sentir el sabor. Se piensa que la falta de detección de alimentos a través del gusto y el olor puede disminuir también el consumo de estos.
La vitamina A es necesaria para el normal funcionamiento del sentido del gusto y su efecto es a nivel de unos receptores que tienen un papel en la síntesis de ciertas proteínas que están presentes en la cavidad bucal.
Una deficiencia de vitamina A puede generar, como se ha comentado antes, una menor ingesta de alimentos, y esta menor ingesta provocaría aún más un déficit de esta vitamina y otros nutrientes, por lo que sería la pescadilla que se muerde la cola.
Alteración en absorción y digestión
Los derivados de la vitamina A han mostrado que regulan el crecimiento y diferenciación de las células del aparato digestivo para su buen funcionamiento. Si hay deficiencia de vitamina A, también hay una diferenciación alterada.
Esto provoca que las células del intestino delgado no sean capaces de absorber y metabolizar los nutrientes como deberían. De igual forma, si a causa de un déficit de vitamina A no somos capaces de absorber y digerir correctamente alimentos que aportan esta vitamina, nuestro déficit cada vez será mayor.
Aumento de la inflamación
Uno de las papeles más importantes de la vitamina A es que tiene su función antiinflamatoria ya que es un regulador de la respuesta inmune y actúa en la reparación de ciertos tejidos cuando son dañados por una infección.
Un déficit de la vitamina A agrava una inflamación si ya existe, y parece ser que podría generar cambios en el colon que induciría trastornos como colitis.
Todo este cóctel promovería un estado de pérdida de nutrientes como la vitamina A, una reducción de la función de la barrera intestinal (haciendo más probable que enfermemos), anorexia, disminución en la ingesta de alimentos y desvío de mucha energía de nuestro cuerpo a reducir la inflamación.
Alteración en el sistema inmune
Anteriormente hemos comentado por encima que la vitamina A actúa como regulador de la función inmunitaria. Una ingesta adecuada de vitamina A permite que la descendencia puede desarrollar correctamente los ganglios linfáticos.
Además, la deficiencia de vitamina A durante la gestación disminuye el número de células inmunitarias, reduciendo la respuestas inmunitarias durante la edad adulta, por lo que aumenta la susceptibilidad a infecciones (sobre todo las intestinales).
Alteración en la reproducción y crecimiento
Una deficiencia de vitamina A puede provocar desnutrición e inflamación, afectando al crecimiento, desarrollo y resultados funcionales.
La vitamina A es necesaria para el desarrollo y crecimiento de las células. Además, es importante un consumo óptimo de esta vitamina porque tiene un papel crucial en la prevención de malformaciones, el mantenimiento de la estructura ósea y crecimiento durante toda la adolescencia.
Efectos sobre la visión
Se sabe sobre la importancia que tiene la vitamina A en la visión desde hace muchísimos años. El efecto que tiene sobre los ojos es porque regula la estructura y funcionamiento de sus células. Para mantener la visión se requiere de una regeneración cíclica de un pigmento visual esencial que deriva de la vitamina A.
En caso de haber un déficit puede ocurrir la xeroftalmía (sequedad del ojo), y si nos vamos a condiciones más graves, puede haber ceguera nocturna, ulceración y necrosis (aunque es muy difícil que se llegue a generar esto último).
Qué alimentos tienen vitamina A
Hay una gran cantidad de alimentos que tienen enormes cantidades de esta vitamina como puede ser el hígado de pavo, que 100 gramos contiene un 1.507% de las cantidades recomendadas. Otros alimentos que son ricos en esta vitamina son:
- Batata: 100 gramos contienen un 219% de las cantidades recomendadas
- Aceite de hígado de bacalao: una cuchara contiene un 280% de las cantidades recomendadas
- Calabaza: 100 gramos contienen un 189% de las cantidades recomendadas
- Melón: una rebanada contiene un 120% de las cantidades recomendadas
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