Caminar es una de las actividades más recomendadas a la hora de practicar deporte aeróbico, ya que todos nosotros podemos hacerla debido a lo simple y fácil que nos resulta, además de ser un ejercicio que nos permite quemar calorías sin apenas darnos cuenta. La caminata se vuelve aún más completa cuando la realizamos al aire libre. Por ello en esta ocasión nos queremos detener en un tipo de caminata que se conoce como la marcha nórdica y que tantos beneficios nos brinda.
Este tipo de actividad se ha puesto muy de moda en nuestro país en los últimos tiempos, y es que resulta ser mucho más segura y saludable que la caminata convencional, ya que se desarrolla en parajes naturales con la ayuda de dos bastones que refuerzan la seguridad del ejercicio y es precisamente lo que consigue diferenciar a este tipo de caminata de otra cualquiera. Para muchas personas la marcha nórdica es lo mismo que el senderismo, y aunque comparte muchos puntos comunes no es la misma actividad en absoluto.
Se trata de un tipo de actividad que se lleva a cabo desde hace mucho tiempo en los países del norte de Europa, y es que debido a las irregularidades de su orografía, así como los diversos accidentes climatológicos que se suceden en estos lugares obligaba a la hora de desplazarse el uso de otras partes como los brazos para hacer más cómoda y fructífera la marcha. Por este motivo, y aprovechando sus beneficios, se ha desarrollado esta actividad.
Los bastones
Ante todo, la principal diferencia de la marcha nórdica con respecto al senderismo convencional es el uso de bastones a la hora de desplazarnos. Los bastones son el eje central de este deporte, y es lo que da un toque de distinción y aumenta los efectos de este tipo de caminata en nuestro organismo. Se usan dos bastones de fibra de carbono que se colocan en cada mano y que hacen las veces de apoyo a la hora de desplazarnos.
La finalidad de estos dos bastones es la de sortear el terreno de manera más sencilla, de modo que podamos desplazarnos por lugares más peligrosos y complicados, cosa que no podríamos hacer o nos sería de gran dificultad por nuestro propio pie. A pesar de todo, los bastones también nos ayudan a la hora de desplazarnos, pues es una ayuda extra que nos facilita el paso y la velocidad mientras estamos llevando a cabo esta actividad.
Efectos sobre el organismo
El desarrollo de la marcha nórdica tiene una serie de efectos. En primer lugar vamos a destacar el efecto que tiene en el organismo al tratarse de una actividad aeróbica, y es que es una buena manera de quemar calorías mientras disfrutamos al aire libre, así como el medio para poner a trabajar nuestro corazón y pulmones mientras además conseguimos quemar calorías y mantener a raya nuestra figura y los niveles de grasa del organismo.
No debemos olvidar el efecto tonificante de los músculos que lleva a cabo, y es que las piernas tienen un papel importante, y con ello todos los músculos que las componen. En la caminata convencional o en el senderismo los músculos de las piernas tienen una gran presencia. En este caso no solo se queda ahí la cosa, sino que además ponemos en funcionamiento los músculos de los brazos, que deben sujetar los bastones y realizar fuerza a lo largo de todo el ejercicio, haciendo que se tonifique esta zona y que quememos más calorías al tener más partes de nuestro cuerpo en movimiento.
Por estos motivos recomendamos esta actividad a la hora de salir a caminar a la calle, ya que además el uso de bastones nos ayudará a evitar lesiones derivadas de movimientos en falso o tropiezos que pueden ser el origen de una lesión, ya que los bastones son un buen apoyo a lo largo de toda la actividad.
Imagen | emrox