La recomendación habitual para quienes tienen colesterol elevado en sangre suele ser restringir el consumo de alimentos de origen animal por ser fuente de grasas saturadas y colesterol en la dieta. No obstante, un reciente estudio señala que en quienes tienen colesterol alto, sería más útil reducir la ingesta de hidratos que de estos lípidos antes mencionados.
Menos azúcar y harinas refinadas para controlar el riesgo cardíaco
La indicación de reducir las grasas saturadas y el colesterol ingerido en quienes tienen hipercolesterolemia familiar o colesterol alto de origen genético suele ser para reducir el riesgo cardíaco asociado.
No obstante, un estudio publicado en BMJ Journal que ha revisado evidencia científica al respecto señala que quienes desarrollaron enfermedad coronaria teniendo colesterol alto presentaban síndrome metabólico caracterizado por resistencia a la insulina, es decir, que la restricción de azúcares y harinas refinadas que condicionan el control glucémico podrían ser los factores más influyentes.
Por el contrario, no se han observado estudios que respalden la recomendación de reducir la ingesta de grasas saturadas y colesterol para disminuir el riesgo cardíaco en quienes tienen colesterol alto.
Asimismo, hay investigaciones previas que demuestran que el consumo de colesterol no influye en gran medida en los niveles que tenemos en el organismo.
Por todo ello, se justifica una vez más considerar que los principales enemigos de nuestra dieta no son el colesterol o las grasas saturadas sino el azúcar y harinas refinadas que tanto pueden dañar nuestro metabolismo si se consumen de forma habitual y excesiva.
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