Varias investigaciones realizadas hasta ahora han encontrado una relación existente entre nuestra salud intestinal y el riesgo de sufrir trastornos de la salud mental como la depresión. Sabemos que la depresión es una enfermedad multifactorial, por lo que habría que atender a muchas variables, pero cuidar nuestro intestino y su microbiota puede ser una clave importante para, al menos, reducir el riesgo.
Una nueva investigación, publicada a finales de diciembre, encuentra que un consumo más alto de fibra dentro de nuestra alimentación podría estar relacionado con un menor riesgo de sufrir depresión. Encuentran que esta relación parece especialmente importante en mujeres premenopáusicas.
Para hacer esta investigación contaron con casi 6.000 mujeres de diferentes edades en las que se evaluó la relación entre el consumo de fibra y la depresión en relación con la menopausia. Se evaluó el consumo de fibra de las participantes y los niveles de depresión se evaluaron usando la escala Patient Health Questionnaire-9.
Los resultaron encontraron una asociación inversa entre el consumo de fibra y los niveles de depresión, especialmente en mujeres premenstruales, después de ajustar otras variables.
Otra de las cosas que encuentran en esta investigación es que esta relación entre fibra y depresión podría estar explicada por la interacción entre el intestino y el cerebro. El consumo de fibra mejoraría y enriquecería nuestra microbiota intestinal.
Hay que tener en cuenta que este estudio se realizó únicamente en mujeres y que se trata de un estudio observacional, por lo que no se puede establecer relación causal. En cualquier caso, es una nueva evidencia de que el cuidado de nuestra salud intestinal puede tener más beneficios que los puramente físicos.
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