¿Cuántos años tienes? ¿Cuántos años más crees que vas a vivir? Con el paso de las décadas va creciendo significativamente la esperanza de vida. Los expertos en longevidad han buscado la forma de hacer que la vida sea más larga, pero también más ancha, es decir, vivir más, pero vivir bien. Enumeramos los factores que influyen a la hora de expandir nuestra vida a lo largo (más años) y a lo ancho (más calidad en esos años).
Más años para envejecer, pero menos momentos de calidad en la vejez
El elixir de la eterna juventud y la búsqueda de la inmortalidad han ocupado gran parte del cine y las novelas desde el inicio de los tiempos. Evitar envejecer y extender la vida son dos de los deseos extendidos a lo largo del mundo, ahora y siempre.
Con el paso del tiempo, hemos ido logrando que la esperanza de vida crezca cada vez más, tanto por la considerable reducción de mortalidad en guerras, como por la mejora de la medicina. Actualmente superamos los 83 años de esperanza de vida en varios países del mundo, España entre ellos.
De hecho, ya hay quienes creen que los nacidos en este momento de la historia podrían vivir más de 120 años. Sin darnos mucha cuenta, estamos dando bocados a la muerte y viviendo cada vez más. De hecho, la pirámide invertida está convirtiéndose en un quebradero de cabeza para muchos países como China, en los que el 13,5% de la población es mayor de 65 años.
Lo que hemos anhelado durante siglos, ahora se está convirtiendo en un regalo envenenado, tanto a nivel económico para los estados, como a nivel personal porque vivimos más, pero no mejor. Lo ideal no es solamente vivir más años, sino que los últimos años sean de calidad, libres de enfermedad y de fragilidad.
El estilo de vida influye directamente en ambos factores, tanto en vivir más como en vivir mejor. La literatura ha buscado datos sobre qué hábitos son los que necesitamos para cocinar ese elixir de la eterna juventud. Enumeramos cuáles son los más importantes y destacables, extrayéndolos de una reciente publicación de la prestigiosa revista The Lancet.
Los factores más influyentes en la longevidad
La genética son las cartas que nos tocan en la partida de la vida
La longevidad se hereda, como se hereda una casa familiar, pero si no se cuida esa herencia "la casa se caerá a pedazos". Estudios realizados con gemelos han comprobado cuáles son los genes de la longevidad, y sobre ellos se intenta interactuar en busca de esa anhelada eterna juventud.
La salud es el resultado de interacciones complejas entre los genes y el medio ambiente, así que de poco sirve tener las mejores cartas a nivel genético si luego no las jugamos bien. En el sentido contrario, unas malas cartas a nivel genético requieren un mejor control de la partida para vivir de manera saludable, por lo que se hace aún más importante tener hábitos saludables en este caso.
Tóxicos fuera: alcohol, tabaco y contaminación como principales a considerar
No aportaremos nada nuevo si hablamos de los tóxicos que nos rodean. Comportamientos habituales como beber alcohol, fumar o pasear por ciudades con una contaminación excesiva no ayuda a vivir más ni mejor.
Pasar tiempo en la naturaleza, o en parques grandes de la ciudad si no tenemos la montaña cerca, neutraliza la contaminación del tráfico y las fábricas. Beber agua y alejarnos del humo del tabaco en todas sus formas será un gran aliado para vivir más años.
Actividad física, que es diferente al ejercicio físico
Tu mente ya habrá pensado hace rato que la actividad física es primordial para la longevidad. Sin embargo, tendemos a ver la actividad física como el entrenamiento o practicar algún deporte, y eso es un error. La actividad física es todo aquello que no se programa (ejercicio físico) ni se practica en base a unas reglas (deporte).
Actividad física es caminar al trabajo, subir las escaleras de casa, bailar, pasear al perro, hacer las tareas de casa, etc. El movimiento humano de cualquier tipo es actividad física, como puede ser cuidar un huerto, uno de los mejores hábitos que se destacan de las zonas donde más años se viven.
Dieta saludable
El apartado de la dieta saludable tampoco te sorprenderá. En este caso todos sabemos lo que es comer saludable y lo que no, así que seguir una dieta con alimentos naturales y reales, aquello que podamos cultivar, recolectar, cazar o pescar, será lo ideal para la longevidad.
Optimismo como estilo de vida
Un mayor optimismo se asocia con una esperanza de vida más larga y una mayor probabilidad de lograr una longevidad excepcional en general y en todos los grupos raciales y étnicos. Ser optimista no es verlo todo de color de rosa, sino comprender que la vida tiene sus cosas buenas y malas, pero verlas siempre desde una perspectiva elevada.
Si estamos solos, nuestro cuerpo no quiere vivir más
Las personas más longevas del mundo suelen estar rodeadas de otras personas, ya sean de familiares, amigos o dentro de una comunidad. Visitar a nuestros seres queridos les da vida a ellos, y a nosotros también. La sensación de pertenecer al mundo nos hace querer estar en él.
Ikigai: el propósito para despertarnos mañana
El último de los factores que destacamos para vivir más y mejor viene de Japón. Esta zona del mundo a la que se atribuye una vida longeva y saludable tiene una palabra que significa "el sentido de la vida" o "aquello que nos hace levantarnos cada mañana".
El Ikigai es ese motor que nos hace movernos, ya sea el trabajo, la pareja, el viaje que tenemos en dos semanas o ver crecer a los nietos. Sin un propósito de vida es más probable que no tengamos ganas de despertarnos mañana. Si no tenemos un por qué, ¿para qué íbamos a hacerlo?
Referencias
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