Estás leyendo esto porque tu cerebro y su complejo entramado de conexiones entre estructuras te lo permite. Puedes leerlo más o menos rápido, y recordar mejor o peor su contenido en función de la calidad de tus células cerebrales, conocidas como neuronas. Un nuevo estudio destaca la importancia de caminar o correr a la hora de frenar el envejecimiento y deterioro cognitivo que se produce con la edad.
Caminar, correr y otros ejercicios aeróbicos para proteger nuestras neuronas
El envejecimiento afecta a todas las cualidades físicas y mentales. A medida que vamos cumpliendo años la eficacia de nuestras células empeora en mayor o menor medida según nuestro estilo de vida y genética. El deterioro cognitivo es una de las causas que nos hacen perder la independencia, especialmente si surgen enfermedades neurodegenerativas como Alzhéimer o Párkinson.
En nuestro complejo entramado neural existen estructuras como el hipocampo en el que "se almacenan los recuerdos". La memoria está vinculada de forma directa con el hipocampo, hasta el punto que un taxista de Londres en la era previa a los GPS tenía un volumen mucho mayor de dicha estructura que otras personas que no tenían que memorizar todas las calles de la ciudad.
Las redes cerebrales que conectan todas las estructuras cerebrales sufren el deterioro con el paso del tiempo, pudiendo llegar a "desconectarse" en las personas con deterioro cognitivo y demencia. Un estudio recién publicado en una revista de alto impacto ha demostrado que el ejercicio físico arregla y refuerza esas conexiones cerebrales.
Los investigadores comprobaron como después de 12 semanas en las que adultos mayores caminaban varios días por semana tenían una actividad cerebral más fuerte y sincronizada, lo que sea asocia con una mejor salud cerebral y menor riesgo de deterioro cognitivo.
Si en lugar de caminar corremos, también estaremos reforzando las conexiones cerebrales, mejorando así funciones cognitivas como la memoria y alejando las enfermedades neurodegenerativas.
Al practicar ejercicio físico como caminar y correr, se modifica la red de neuronas, hasta el punto de recuperar conexiones cerebrales que habían sido perdidas o que se encuentran deterioradas. Por lo tanto, la práctica de ejercicio físico de tipo aeróbico mejora las funciones de nuestro cerebro y estimula diferentes mecanismos que nos protegen de enfermedades neurodegenerativas.
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Imágenes | Mark Timerlake (Unsplash), Centre for Ageing Better (Unsplash)