Meditación y medicación son dos palabras muy similares, pero muy diferentes a la vez. La práctica de disciplinas mentales y espirituales, como el yoga o la meditación generan una cascada de mecanismos que nos pueden ayudar a controlar la ansiedad, el estrés y una larga lista extra de beneficios.
Medicación versus meditación
Las prácticas contemplativas como el yoga, la meditación y las intervenciones basadas en la atención plena están ganando popularidad mundial por su potencial para mejorar el bienestar, la productividad, el desempeño laboral y las conductas prosociales.
La práctica de estas disciplinas físicas, mentales y espirituales se utilizan en entornos terapéuticos y clínicos para el manejo del estrés y la ansiedad. La razón es que se cree que mejoran el control emocional y son capaces de modificar funciones ejecutivas como la atención plena y los estados de conciencia.
Una vez que esa conciencia se modifica, se pueden encontrar cambios conductuales de todo tipo, desde una disminución a la muerte hasta un estado de paz y serenidad, pasando por una mayor creatividad o una visión filosófica de nivel superior.
Entre otras muchas, también se puede conseguir con el yoga y la meditación cambios en los pensamientos, creencias y una especie de "reseteo mental" en el que miramos la vida desde otra perspectiva. Muchas personas definen esto como un renacimiento y un nuevo propósito en la vida.
Una publicación de la revista científica Mindfulness reunió testimonios de las personas que practicaban yoga o meditación para conocer si habían experimentado alguna de las sensaciones descritas anteriormente. Las respuestas demostraron que estas disciplinas mentales y espirituales son capaces de propiciar respuestas de todo tipo en aquellas personas que las practican.
En ello radica la importante de estas disciplinas no farmacológicas a la hora de trabajar en la salud mental mundial. Si bien es cierto que meditación y medicación difieren en una sola letra, los efectos secundarios y los beneficios son muy diferentes.
En los casos menos graves, la práctica de yoga, meditación o actividades de atención plena de todo tipo puede cambiar la perspectiva y aprender a mirar de otra manera. En los casos más graves, la medicación será una herramienta eficaz, intentando que la meditación y demás prácticas mentales sirvan de ayuda.
Referencias
Masci, D. y Hackett, C. (2 de enero de 2018). La meditación es común en muchos grupos religiosos de Estados Unidos . Centro de Investigación Pew. http://pewrsr.ch/2lHc0HC
Goldberg, SB, Tucker, RP, Greene, PA, Davidson, RJ, Wampold, BE, Kearney, DJ y Simpson, TL (2018). Intervenciones basadas en mindfulness para trastornos psiquiátricos: una revisión sistemática y un metanálisis. Revisión de psicología clínica , 59 , 52–60. https://doi.org/10.1016/j.cpr.2017.10.011
Wright, M.J., Galante, J., Corneille, J.S. et al. Altered States of Consciousness are Prevalent and Insufficiently Supported Clinically: A Population Survey. Mindfulness (2024). https://doi.org/10.1007/s12671-024-02356-z
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Imágenes | Prasanth Inturi (Pexels), Elina Fairytale (Pexels)
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